casi todos, porque la bici de Oihan no ha llegado.
Nos dicen que llegará mañana.
Así que Alex y yo hemos montado nuestros pepinos y le hemos dado del aeropuerto al Obelisco, en el centro de la capi bonaerense.
Justo antes, con Oihan, hemos hecho un primer colega, Ulises, que ha llevado en coche a Oihan cerca del Obelisco, para ya los tres ir a un hostel céntrico, visitar la city, a pie, y ya a la nuit volver a hacernos nuestros espagueti.
Ahora reposamos con la esperanza de que llegue la bici mañana y de momento ciclamos con la mente.
Contentos y trabajando la improvisación.

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